Desde las 12:01 de la madrugada de este lunes 9 de junio, Estados Unidos activó una nueva política migratoria que prohíbe la entrada al país de ciudadanos procedentes de 12 naciones, incluyendo Haití, bajo el argumento de preservar la seguridad nacional. La orden ejecutiva, impulsada por el presidente Donald Trump, marca un endurecimiento significativo en los controles fronterizos.
Los países afectados por esta prohibición total son: Haití, Afganistán, Myanmar, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen. La Casa Blanca justificó la medida alegando que estas naciones presentan “riesgos elevados”, debido a deficiencias en la verificación de identidad, falta de cooperación en temas de seguridad de visas y presuntos vínculos con organizaciones extremistas.
Además, ciudadanos de otros siete países —Cuba, Venezuela, Burundi, Laos, Sierra Leona, Togo y Turkmenistán— enfrentan restricciones parciales, como límites a tipos específicos de visado o requerimientos adicionales de documentación y seguridad.
Aunque algunos de los países incluidos envían pocos migrantes a EE.UU., otros como Haití, Cuba y Venezuela representan una proporción significativa de los flujos migratorios recientes, especialmente en medio de crisis políticas y económicas en sus respectivos territorios.