Este lunes 6 de enero, millones de personas en el mundo celebran el Día de los Reyes Magos, una tradición arraigada en las culturas hispánicas y católicas que cierra el ciclo navideño con un mensaje de fe y esperanza.
La historia de los Reyes Magos se basa en el Evangelio de San Mateo, donde se narra cómo estos sabios de Oriente siguieron una estrella hasta Belén, llevándole oro, incienso y mirra al recién nacido.
Aunque no se mencionan sus nombres ni su número exacto en los textos bíblicos, la tradición popular les asignó las identidades de Melchor, Gaspar y Baltasar. Estos representando las tres edades del hombre y las razas conocidas en Europa medieval.
La Epifanía
El 6 de enero, además de ser un día de intercambio de regalos, marca la festividad de la Epifanía, que en griego significa “manifestación” y celebra la revelación de Jesús como el Mesías ante el mundo no judío. La fecha tiene raíces en la cristianización de festividades paganas y simboliza renovación espiritual y cultural.
En países como República Dominicana, España y otros de América Latina, la tradición se enriquece con rituales particulares. Los niños suelen dejar pasto y agua para los camellos de los Reyes la noche anterior, mientras esperan encontrar regalos al despertar. En España, las coloridas cabalgatas de Reyes inundan las calles el 5 de enero, llenándolas de magia y alegría.
No menos importante es el roscón de reyes, un bollo adornado con frutas confitadas que simbolizan las joyas de los Magos. Esta costumbre tiene sus raíces en las festividades romanas del Sol Invicto y hoy continúa siendo una delicia que reúne a familias en torno a la mesa.
Con el paso de los siglos, la celebración de los Reyes Magos ha evolucionado, pero su mensaje de fe, humildad y generosidad sigue vigente.